Hasta hace algunos meses, sólo compraba calabaza para hacer típicas recetas de mi madre, como las berza de habichuelas y la sopa de verduras en puchero.
Habitualmente la compro al peso y me sirven la que necesito, pero una vez tuve que comprarla ya empaquetada, más de la cuenta.
Para seguir fiel a mis principios de no tirar nada (o en su caso, lo menos posible) comencé a buscar en la red qué hacer con ella. Una idea de aquí y otra de allí, opté por lo dulce, convencida que iría a la basura. Pues bien, la basura no cató ni las migas. Desde entonces ya forma parte de mi lista de la compra la calabaza expresamente para hacer este bizcocho.
Es muy importante el olor que envuelve toda la cocina, la mezcla especiada del bizcocho es un aperitivo espectacular, digno de disfrutar por todos nosotros, los mejores chefs de nuestras casas.
Ingredientes: 300 grs de calabaza, 120 grs de azúcar, 100 grs de mantequilla, 100 grs de harina de postre, 100 grs de coco rallado, 3 huevos, 1 sobre de levadura, 1 cucharadita de canela, 1 cucharadita de jengibre, el zumo de una naranja y la piel rallada.
Elaboración en thermomix:
Hervimos la calabaza hasta que esté tierna en una cacerola con abundante agua. Escurrimos y reservamos.
Se pone el horno a calentar a 200º.
En el vaso thermomix ponemos la piel de la naranja (finita, que tenga lo menos posible de blanco).
Con el vaso cerrado y la velocidad turbo vamos triturándola hasta que quede rallada (15 ó 20 segundos).
Bajamos los restos pegados a la pared con la espátula. Añadimos al vaso thermomix la calabaza hervida y escurrida, la mantequilla, el azúcar, el coco rallado, los huevos, la canela, el jengibre y el zumo de naranja. Trituramos 20 segundos, velocidad 5 para obtener una mezcla homogénea.
Seguidamente agregamos la harina y la levadura y volvemos a programar 20 segundos, velocidad 5.
Preparamos el molde del bizcocho y añadimos la masa. Programamos 15 minutos con el horno a 200º C y después lo bajamos a 170º C y lo dejamos 30 minutos más aproximadamente, hasta que veamos que está hecho por dentro, pinchando con un cuchillo.